sábado, 10 de diciembre de 2011

futbol

Miro por la ventana fumándome un cigarrillo. Normalmente la gente pasa por mi calle de manera normal, algunos van tranquilos, algunos van solos, otros van acompañados. Algunos parecen tener prisa por algo, tal vez llegan tarde al trabajo o están enfurismados por ir de compras lo más rápido posible. Otros saludan al portero, y este siempre saluda como si no le importara nada, es algo rudo y siempre mueve mucho la cabeza.

Pero hoy parece ser un día especial, muy especial. La gente no desfila normal, sino que antes de salir de casa se han vestido cuidadosamente con sus bufandas que parecen ser de un equipo absurdo que carece de mi interés. Ahora todos tienen prisa por alguna cosa en común, y gritan canciones de algún equipo. Cantan y ríen y se abrazan y parecen felices por ello, sin importarles nada más. Lo que más me sorprenden son los niños locos por su equipo, y los padres contentos vistiéndolos con camisetas a rallas de los equipos y haciéndoles preciosas fotos al lado de jarrones tristes con flores aún más tristes y ponen las fotos en tristes marcos y los cuelgan de algún salón triste en una pared ocre entristecedora.
Me hacen tanta gracia con sus bufandas coloridas, sus gritos se mezclan con la voz de Lou Reed que sale de mi tocadiscos, me resulta bastante molesto. En la calle todos hablan de lo mismo y muestran una grandiosa fuerza, una grandiosa furia por el modo en el que hablan. Defienden su equipo como si se tratara de ellos mismos, como si ellos mismos corrieran detrás de la pelota. 
Es como cuando se casa un rey. En realidad todo el mundo está enfuriado, la verdad es que yo no lo estoy, incluso me atrevería a decir que soy feliz. Pero la gente está enfadada, sobretodo la gente mayor. No les gusta su trabajo, no les gusta su sueldo, no le gustan sus mujeres y hombres, no les gustan el sitio donde viven porqué hay pocas flores, o si hay muchas eso ya resulta un problema. No les gusta el gobierno por el que han votado, no les gusta la gente con la que hablan, no les gusta el transporte por el que pagan, no les gusta su casa... siempre se quejan. Tal vez por eso se han de preocupar mucho y poner todas sus fuerzas mentales en un equipo que nunca gana.